Bourtange puede presumir de ser uno de los destinos más especiales.

Bourtange: la fortaleza neerlandesa inexpugnable con raíces españolas

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Enclavada en la frontera entre Países Bajos y Alemania, la localidad de Bourtange es un ejemplo único de arquitectura y resistencia histórica. Según el Portal de Turismo de Groningen, se trata de una “fortaleza inexpugnable rodeada de marismas”, una descripción que resume el espíritu de este peculiar lugar. Con su diseño en forma de estrella, esta localidad no solo destaca por su estética singular, sino también por su fascinante historia, profundamente conectada con España.

Aunque en los Países Bajos abundan las localidades pintorescas con diseños poco convencionales, Bourtange puede presumir de ser uno de los destinos más especiales. Su entramado urbano se encuentra íntegramente dentro de una fortaleza construida en el siglo XVI, lo que le confiere un carácter único. Pero lo que realmente engrandece su historia es el hecho de haber sido sitiada en múltiples ocasiones, sin que sus defensas cedieran nunca.

Durante la Guerra de los Ochenta Años, el fortín resistió todos los intentos de conquista, convirtiéndose en un símbolo de invencibilidad. Este dato no es menor, ya que su resistencia contra las tropas españolas marcó un hito en la historia militar de la región. Si viajas por el país de los tulipanes, incluir una visita a Bourtange en tu itinerario es casi obligatorio.

Los orígenes de la fortaleza de Bourtange

La creación de Bourtange se remonta al siglo XVI, cuando se diseñó esta espectacular fortaleza con forma de estrella. Su posición estratégica y su arquitectura militar fueron clave para mantenerla a salvo de invasores. Según el Portal de Turismo de Groningen, las tropas españolas pronto intentaron tomar la fortaleza, pero los bastiones y los pantanos circundantes la hicieron completamente inaccesible.

Durante los enfrentamientos de la Guerra de los Ochenta Años, Bourtange fue sitiada en diversas ocasiones, pero nunca conquistada. Sus bastiones, distribuidos en cada punta de la estrella, ofrecían una ventaja significativa frente a los atacantes. Esta fortaleza no solo protegía a sus habitantes, sino que también jugó un papel crucial en el control de las rutas comerciales y militares de la región.

Explorar el interior de Bourtange es como retroceder en el tiempo. Sus calles empedradas y edificios antiguos, restaurados cuidadosamente durante la década de 1960, conservan el encanto del pasado. Aunque algunas viviendas se encuentran fuera de las murallas, las casas situadas dentro del fortín son las más destacadas por su autenticidad y carácter histórico.

La reconstrucción de la fortaleza no solo incluyó los edificios intramuros, sino también los elementos defensivos como murallas, canales y los emblemáticos puentes rojos que conectan distintas secciones del pueblo. Estos detalles permiten a los visitantes experimentar el ambiente de una fortaleza del siglo XVI mientras pasean por sus calles o exploran sus rincones.

Más allá de sus impresionantes estructuras, Bourtange se encuentra rodeada de un entorno natural que parece sacado de un cuadro. Las marismas y las rutas de senderismo que rodean la localidad invitan a los viajeros a disfrutar de paisajes bucólicos y momentos de paz.

El contraste entre la fortaleza histórica y los tranquilos espacios naturales que la rodean convierte a Bourtange en un destino ideal para quienes buscan alejarse del bullicio de grandes ciudades como Ámsterdam o Róterdam.

Bourtange, un tesoro por descubrir

Con su mezcla de historia, arquitectura única y paisajes idílicos, Bourtange se posiciona como uno de los destinos más fascinantes de los Países Bajos. La fortaleza no solo cuenta con una historia rica y una arquitectura impresionante, sino que también ofrece un espacio para desconectar y disfrutar de la tranquilidad.

Ya sea que viajes por interés histórico, arquitectónico o simplemente por curiosidad, visitar Bourtange es una experiencia imprescindible que no te dejará indiferente.

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